Livingston el Caribe guatemalteco. Guatemala VII

Ahora el viajero esta en el Caribe guatemalteco. Una Guatemala muy distinta y un Caribe muy distinto. No hay hoteles, ni casi ni playas y todo es selva salvaje y verde. Por no haber no hay ni carretera a Livingston, una pueblo situado en la desembocadura del Río Dulce en el mar Caribe. En la ciudad viven unos 7.000 garifunos, los mayas quekchíes que viven un 1 km aguas arribas, algunos ladinos con orígenes indígenas y europeos (mestizos) y unos pocos extranjeros.

comunicación, el único acceso a esta zona del país es por mar. Y otra curiosidad aquí todos los habitantes son garifunos, descendientes de antiguos esclavos que vivían en el Caribe y por tanto, toda la población es de color. Por lo tanto, un lugar fascinante de por sí. Pero su atractivo aumenta porque para llegar no hay otro medio que el mar, y en barco, barcaza o cayuco.

En garifuno la localidad se conoce como "boca" y por ello no está como decimos conectada por
carretera al resto del país. El viajero decide venir desde Puerto Barrio en el barco autobús a través del mar. Primer problema, el trayecto conviene hacerlo por las mañanas, por las tarde el mar esta bastante picado siempre, con fuerte oleaje.

Puerto Barrios, ciudad portuaria, con mala reputación. Es un sitio muy destartalado, con un aire tenso y Livingston. Empiezan también las olas y la barcaza sube y baja, los innumerables golpes en la espalda
son recurrentes. Esta es la parte mala del viaje, la extraordinaria, es el paisaje, la costa sin arena, la selva y la vegetación llega hasta el mar, todo exuberante. Y enfrente en algunos sitios se ven casas que deben
ser de potentados bastante buenas con la entrada en el agua. Otro espectáculo son las aves marinas que a decenas sobrevuelan sobre la barcaza, pelicanos, garzas, etc.
con un aire algo sórdido.Aquí sólo se pasa para ir al muelle municipal y coger el transporte para
Livingston. El muelle es un pequeño embarcadero, El transporte son barcazas de madera. Aquí no hay hidrofil, barcos etc. Las barcazas son grandes, para unas diez personas y con un motor. Las maletas van
todas apiladas delante. Los asientos son de madera dura, sin cojín ni nada. Todo muy auténtico. Empieza el trayecto que dura casi una hora para

En Livingston no hay playas, pero si un ambiente totalmente caribeño. A la caída del sol aparece lo que se denomina el ritmo garífunas. En el momento se empieza a oir su música característica. Una banda
garífuna consta de tres tambores, unas sonajas, un caparzón de tortuga que se utiliza como un cencerro, y una concha de caracol marino que se sopla como una flauta. Las letras suelen tener una llamada y una respuesta y acostumbran a cantarse en garífuna (la lengua de los garífunos que es una mezcla de francés y de las lenguas originarias de Africa occidental). Los temas tratan de la vida ordinaria; la siembra, la cosecha, cosas que ocurren en la vida cotidania, el recuerdo de los muertos, etc. Unido a la música está el baile, llamado punta y que es bastante frenético, las caderas se mueven descontrolada.

Además de bailar y disfrutar del pueblo caribeño, en Livingston  se puede ir a una pequeña playa en lancha que se llama Playa Blanca o realizar una visita a pie a las cascadas de los Siete Altares, caminando por la playa y entre vegetación salvaje. Livingston es también partida para la visita por el río Dulce. Pero eso será para otro día



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